Pintamos de color morado la residencia del Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella para señalar a uno de los hombres que perpetúa la opresión patriarcal, la violencia sexual a la infancia y la vulneración de los derechos LGTBI+.
Existe una conexión entre la explotación y degradación de la naturaleza y la subordinación y opresión de los grupos marginalizados como las mujeres, el movimiento ecofeminista lo denuncia desde los años 70. Debemos sustituir una cultura de la dominación y extractivista por una relación coherente con la naturaleza.
¡Nosotras decidimos sobre nuestros cuerpos!