¿Cómo funcionamos?
¿Qué corriente ideológica seguimos?
Somos un movimiento amplio en el que tienen cabida distintos posicionamientos políticos e ideologías, siempre que estén enfocadas en la liberación de los distintos seres que habitan nuestro planeta y la conquista de mejores condiciones de vida para la generalidad. Tenemos la oportunidad de nutrirnos y aprender las unas de las otras al compartir diferentes análisis, recibiendo con los brazos abiertos el debate constructivo y respetuoso. Creemos en la coexistencia entre distintas corrientes y teorías, ya que nos une mucho más de lo que nos separa: una visión de cambio compartida y la necesidad de trabajar juntas hacia un horizonte emancipador que supere la cultura de la dominación en todos y cada uno de sus ámbitos.
Compartimos una misma lucha contra los discursos machistas, racistas, clasistas, especistas y, en definitiva, que reproduzcan cualquier tipo de opresión. Tampoco toleramos conductas discriminatorias contra ningún colectivo ni individuo (conductas homófobas, transfobas/transxcluyentes, capacitistas, edadistas, cuerdistas, etc). Somos conscientes de que replicamos las dinámicas aprendidas dentro del sistema que queremos cambiar, por lo que trabajamos activamente por identificar, desaprender y crear mecanismos de prevención de estas conductas. Ante un enemigo sistémico común, trabajamos para unir fuerzas, apostar por la convivencia, y ser capaces de adoptar consensos amplios que nos acerquen a nuestro objetivo.
En este sentido, partimos de la premisa de situar a la comunidad en el centro. Creemos en la necesidad de superar las diferencias para trabajar por el bien común, recuperando los saberes ancestrales comunitarios de los distintos pueblos originarios que han habitado La Tierra antes que nosotras, entramando las distintas luchas y realidades para generar una comunidad resiliente y diversa.
¿En qué se traduce esto?
Sabemos que, debido a distintos factores como la política partidista, los intereses económicos de distintos grupos de presión o las dinámicas que promueven las redes sociales; debates teóricos que se han originado en espacios academicistas se han trasladado a la realidad social de una forma abrupta, violenta y polarizada. No aspiramos a que todo el mundo tenga el mismo análisis de la realidad social, pues si bien reconocemos los estudios sociales como una herramienta útil, no nos proporcionan certezas absolutas en este ámbito. Es por esto por lo que citamos aquí un ejemplo de cuestiones controvertidas que consideramos oportuno aclarar:
Distintos posicionamientos sobre el género:
Consideramos que en la actualidad uno de los principales puntos de conflicto dentro del movimiento feminista es el posicionamiento respecto al género. Si bien entendemos que los postulados sostenidos por el feminismo radical (que consideran al género como un constructo social que constituye una herramienta de opresión que se establece en función del sexo y que está íntimamente ligada a este) y los que establecen los estudios queer (que entienden que tanto el género como el sexo son constructos sociales y, por lo tanto, ambos son deconstruibles) son manifiestamente contrapuestos, la intención de quienes se adscriben a una u otra corriente es, en ambos casos, la de buscar el progreso societario mediante la superación del sistema patriarcal. Es por ello por lo que en nuestro colectivo velamos porque primen los puntos de encuentro para poder trabajar en comunidad frente al enemigo común, fomentando un debate sano, respetuoso e informado sobre estas cuestiones; sin incurrir en la caricatura, el prejuicio, ni los discursos que inciten al odio. Esto implica respetar ambos posicionamientos y las necesidades de las personas que se adscriben a uno u otro, no tolerando conductas discriminatorias ni excluyentes y entendiendo que todas compartimos la lucha contra sistema de dominación patriarcal.