Futuro Vegetal llena una sede del Banco Santander de sangre y petróleo.
Futuro Vegetal llena una sede del Banco Santander de sangre y petróleo.

Futuro Vegetal llena una sede del Banco Santander de sangre y petróleo.

Activistas de Futuro Vegetal ha vuelto a lanzar pintura roja y negra biodegradable a una sucursal bancaria utilizando extintores. Una portavoz del colectivo ha reivindicado la necesidad de dejar de cultivar para alimentar el ganado (el 70% del terreno cultivado) y emplearlo para la renaturalización y la reforestación, recuperando masa forestal como sumidero de carbono y albergue de biodiversidad.

Futuro Vegetal demanda un modelo agroalimentario que “promocione alternativas social y ecológicamente responsables basadas en plantas para afrontar el necesario cambio de sistema agroalimentario”, según afirman desde el movimiento haciendo eco de los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC). Esta acción coincide en la misma semana en la que se ha destapado que la industria cárnica ha rebajado las recomendaciones en el infomre final del IPCC respecto a la transición del modelo agroalimentario.

La industria ganadera es uno de los principales responsables de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, la deforestación, la contaminación del agua y la sequía. El año pasado, el estado español sufrió uno de los tres años con mayor estrés hídrico en los últimos sesenta años y la tendencia, siempre según los informes de las Naciones Unidas, es que la situación empeore si no tomamos medidas radicales.

Santander, CaixaBank y BBVA, son los bancos españoles que más fondos destinan al sector ganadero a través de préstamos. “No podemos permitir que se sigan financiando industrias que comprometen la seguridad alimentaria de la población“, proclamaba una de las manifestantes al finalizar la acción. “Las grandes corporaciones, los bancos y los gobiernos están colaborando activamente en un genocidio inminente”, exclamaba otra de las participantes.

Futuro Vegetal exige al gobierno que actúe en consecuencia con la gravedad de la crisis, tendiendo medidas encaminadas a una transición del sistema agroalimentario que proteja el mundo rural, el medio ambiente y los animales. El colectivo propone invertir las subvenciones en redistribuir la producción hacia lo local, generando puestos de trabajo en el campo y fomentando la soberanía alimentaria. Las activistas hacen un llamamiento a toda la población para que se levante contra las dinámicas que nos arrastran al precipicio del Colapso Eco-social. “No podemos depender de la voluntad de las corporaciones ni de la inacción de los gobiernos, necesitamos ser el cambio. Es cuestión de vida o muerte”, podía leerse en el Twitter del colectivo.

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