Militantes de Futuro Vegetal han teñido una sucursal madrileña del banco Caixabank de rojo y negro usando extintores, mientras recordaban a las presentes que el poder de las corporaciones “está en nuestra obediencia y el nuestro, precisamente, en desobedecer”. La protesta forma parte de la campaña de desobediencia civil no violenta de alta intensidad que el colectivo lleva sosteniendo desde hace más de un año y que está experimentando un punto álgido este mes de abril.
Futuro Vegetal protesta contra el modelo agroalimentario que “es responsable directamente de la emergencia climática actual”, según afirman desde el movimiento haciendo eco de los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas. Por ello exigen al gobierno el fin de las subvenciones a la ganadería y que se utilice ese dinero para una transición a un sistema agroalimentario basado en plantas que sea social y ecológicamente justo.
La industria ganadera es uno de los principales responsables de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, la deforestación, la contaminación del agua y la sequía. El año pasado, el estado español sufrió uno de los tres años con mayor estrés hídrico en los últimos sesenta años y la tendencia, siempre según los informes de las Naciones Unidas, es que la situación empeore si no tomamos medidas radicales.
Caixabank, como otros bancos españoles, destina importantes fondos al sector ganadero a través de préstamos. “No podemos permitir que se sigan financiando industrias que comprometen la seguridad alimentaria de la población”, proclamaba una de las manifestantes al finalizar la acción. “Las grandes corporaciones, los bancos y los gobiernos están colaborando activamente en un genocidio inminente”, exclamaba otra de las participantes.