Tres activistas de Futuro Vegetal se pegan a la barra del restaurante del zoológico de Benidorm.
Las activistas han arrojado sangre falsa en el recinto para reivindicar el fin de las subvenciones a la industria cárnica.
El zoológico es propiedad del Grupo Fuertes, corporación líder del sector cárnico y propietaria de marcas como El Pozo.
El Grupo Fuertes es la mayor corporación cárnica del estado. Con una facturación de más de mil trescientos millones de euros en 2020, se ve beneficiada por las subvenciones que el gobierno sigue destinando a un modelo agroalimentario económica y ecológicamente insostenible.
El Real Decreto que limita el número de unidades de ganado a 850 es insuficiente, pues equivale a 725 vacas o 2100 terneros, por lo que siguen inaugurando macrogranjas. Tampoco tiene efecto retroactivo, con lo que las ya existentes no tienen problema en continuar su actividad.
En un contexto de Emergencia Climática declarada por el gobierno central hace ya tres años, necesitamos que se tomen medidas contundentes.
Decenas de millones de euros se destinan en subvenciones a un modelo agroalimentario especialmente vulnerable a cambios en el mercado energético o al impacto de los fenómenos meteorológicos extremos.
El modelo actual promueve la despoblación rural y el extractivismo en las regiones empobrecidas. La ganadería es responsable de emisiones de gases de efecto invernadero, siendo el mayor usuario de tierras del planeta y el principal impulsor de la deforestación.
Un cambio drástico en el sistema agroalimentario hacia uno basado en plantas tendría un impacto significativo y casi inmediato a la solución de la Crisis Climática y ayudaría a atajar el hambre a nivel mundial.
El gobierno puede detener nuestra campaña si toma medidas en beneficio de toda la población y no de una pequeña oligarquía.